La Iglesia del Colegio Vila María Academy se ubica en Santiago de Chile y es obra del arquitecto Enrique Browne.
En nuestro trabajo de investigación concluimos que la propuesta de diseño logra transformar exitosamente un espacio reducido en una dimensión nueva, al emplazar la iglesia sobre las oficinas de administración del Colegio, uno sobre el otro, destacando la funcional de la obra y el uso óptimo del terreno.
Con una superficie total de 258 metros cuadrados, la iglesia tiene un recorrido procesional, en un espacio curvo y unitario, que remata en el altar; con buena luminosidad interior, que ingresa en forma indirecta, desde el cielo, mediante aperturas en nubes asintóticas
El juego de espacios, formas, recorrido y funcionalidad, crea la atmosfera de recogimiento y el carácter de ambiente sagrado, en un edificio sobrio.
Su morfología recuerda al interior de una caracola, cuya parte superior asemeja a un conjunto de nubes.
La función primaria del edificio-iglesia es la celebración de los ritos propios de la religión católica, obra que también cumple con crear un espacio de recogimiento y meditación para los miembros de la comunidad escolar, completando el programa requerido por el cliente, dentro de un proyecto global de renovar y maximizar las estructuras e instalaciones del Colegio.
La iluminación interior de la Iglesia es un elemento primordial de la obra, tanto por su valor expresivo como por su funcionalidad.
En cuanto al valor expresivo de la luz, destaca la pared del altar, bañada en luz dorada, que evoca la presencia divina; el pequeño oratorio bañado de luz azul, en referencia a la Virgen; y la cruz que da la bienvenida a los fieles, recortada en el muro, que desprende a contraluz un suave resplandor dorado.
En cuanto a funcionalidad de la luz, considera grados de intensidad y ubicación estratégica, de manera tal que su uso resulta ser un elemento generador de espacios. En el plano de cubierta, conformado por una serie de gajos con curvaturas asintóticas, mediante ranuras luminosas, la luz ingresa de forma indirecta al recinto, generando la atmosfera que le caracteriza, una dimensión espacial nueva e impresionante en su interior, que invita a la oración.
En síntesis, se logra un acabado diseño funcional, con referentes propios del Movimiento Moderno, haciendo de la luz un elemento primordial de la obra.
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