domingo, 13 de noviembre de 2011

LUMINOSIDAD


    La luz es la primera de las condiciones variables que influyen en la arquitectura,    tempranamente fue utilizada como elemento en el diseño y construcción de templos.

    La luz puede relacionarse con la actividad del lugar. A cada actividad se le puede encontrar el tipo de luz resultante mas apropiado para llevarla a cabo. La luz cambia y puede ser alterada. La luz del cielo varia a través de los ciclos de la noche y el día, y también a lo largo de las diferentes estaciones del año; a veces, llega difusa por la presencia de nubes.   Las variaciones de luz pueden ser estimulantes. La luz natural puede ser explotada para definir lugares. Sus cualidades pueden ser alteradas deliberadamente por el diseño, variando la forma de penetración de los rayos solares en el edificio. 
 
     La cantidad y la calidad de la luz que recibe el ojo humano tiene una influencia directa en la manera como se ven las cosas.
  
    Los constructores de las catedrales góticas, así como los arquitectos del presente siglo, han comprendido el impacto que tiene la luz natural y su importancia al desarrollar los ambientes adecuados para el hombre. 

Fotografías en donde se observa la atmosfera que produce las distintas entradas de luz tanto natural como artificial.

 
     La luz puede ser utilizada por la arquitectura tanto para crear efectos agradables como para proporcionar espacios lumínicamente adecuados a la tarea visual específica que se vaya a desarrollar. Lo mismo que se emplea el tabique, el acero, la piedra y/o el concreto, la luz puede también emplearse como parte estructural de la arquitectura.

     En los templos, ya sea a través de las vidrieras o a través de los puntos de luz localizados estratégicamente, se conjuga la energía de un espacio simbólico con la luz, fundiéndolos en uno solo, para representar la presencia divina y genera el ambiente adecuado para la reflexión y la adoración.

  El uso de la luminosidad es multifacético, ya que permite generar un halo de espiritualidad, como por ejemplo: la luz dorada -que representada  a lo divino- formando una cruz en la pared e iluminando el muro posterior al altar, y la luz azul que ilumina a la virgen María, que grafica su naturaleza inmaculada. Suma a lo anterior la luz indirecta que ingresa desde la nubes de la cubierta superior que produce un ambiente acogedor y de paz, que invita a la oración

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