domingo, 13 de noviembre de 2011

EL CONCILIO VATICANO II


      El Concilio Vaticano II fue uno de los eventos históricos que marcaron el siglo XX. Fue convocado por el Papa Juan XXIII en el año 1959 y concluyó con el Papa Paulo VI en el año 1965. Implicó una revisión del fondo y de la forma de las actividades de la Iglesia, para una  renovación moral y el desarrollo de la fe, adaptándose así a los nuevos tiempos
  
Los cambios en la liturgia buscaron una activa participación de los fieles en los ritos, en un retorno a los contenidos simbólicos de la liturgia de los inicios de la cristiandad, lo que provocó una modificación del diseño de los templos.

Consecuencialmente, todo ello llevó a analizar los fundamentos del “edificio-iglesia”, surgiendo nuevos espacios celebrativos, que se caracterizan por ser sobrios, sencillos y funcionales; en total contraposición con el estilo monumental de las grandes catedrales góticas, que reflejaban poder y prosperidad económica.
En su interior, los nuevos templos insisten en la sobriedad, reflejada en un arte sagrado con contenidos de imágenes de la historia de la salvación, desde la creación hasta la resurrección y la espera de la segunda venida de Jesucristo, cerrando el círculo con la historia de santos, como concreción del fruto maduro de la semilla de la fe. Lo anterior se contrapone al estilo gótico, que mezclaba lo espiritual y lo temporal, lo sagrado y lo profano.

En síntesis, el nuevo diseño del templo considera un solo altar, de cara al pueblo, eliminándose los altares laterales; se separa el Altar y el Sagrario; se elimina el púlpito; la comunión es un acto procesional (de a pie), etc.; todo ello para lograr una mayor participación de los feligreses en los ritos y ser consecuente con los principios valóricos del Cristianismo.

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